No me trates con cuidado, trátame con cariño.

 


No me trates con cuidado. Llevo muchas batallas a la espalda, la mayoría ganadas y todas ellas, aprendidas.


No me trates con cuidado sin antes pensar en mis fortalezas. Las que herede y las que forjé yo misma.


No me trates con cuidado por mis arrugas y canas. Son señales de vida, y ellas me anclan a la realidad. 


No me trates con cuidado por mi salud. He combatido cosas más fuertes en mi vida. Y si me combate esta, será que había llegado mi momento. 


Por favor.


Trátame con cariño. Cuando creas que no puedes más y te sientas sobre cargado. Debes saber que no merezco lo contrario.


Trátame con cariño. Respeta mis decisiones, tómame en cuenta, déjame decidir… eso es también cariño.


Trátame con cariño porque algún día querrás que alguien te lo devuelva. Ese día en el que te veas como yo me veo ahora.


Trátame con cariño si me olvido, si me descuido, si te pregunto… quizás no comprenda algunas cosas. Empatiza conmigo.


Y si algún día tengo la oportunidad, si por un momento tengo la capacidad, ye mostrare mi gratitud, y desearé para ti lo mismo. 


Cariño, no cuidado. 


Comentarios

Entradas populares de este blog

Emociones del cuidador: Vacío

Emociones del cuidador: Rabia

“EL EFECTO MARIPOSA”: HACIA UN ENVEJECIMIENTO DE CALIDAD