Por la unión intergeneracional




Las relaciones intergeneracionales son algo realmente valioso que tenemos los seres humanos. Somos seres sociales y puestos a relacionarnos, ¿qué mejor qué con nuestros propios familiares? Aprender a dar importancia a esto es cuestión de educación. Si yo como adulto no doy importancia a este tipo de relaciones y no las promuevo, difícilmente mis hijos le darán el valor que se merece. 


Relacionarse con personas de diversas edades no hace más que aportar aprendizajes.

La propia familia es el primer entorno que encontramos para socializarnos, será muy importante aprovecharlo, ya que las primeras experiencias frecuentemente marcan la manera de afrontar las futuras. 


Todos tenemos experiencias con adolescentes, a quienes juzgamos por “ir a la suya” y aislarse. Quizás en cierta parte haya sido por haber iniciado una dinámica de socialización muy extendida y contraproducente para promover las relaciones intergeneracionales. Creando zonas bien diferenciadas y tratadas como “infranqueables” de niños y adultos. Zonas en la mesa a la hora de comer, restricciones en las conversaciones e incluso exclusión de los niños a ciertas zonas generalmente para “no molestar”.


¿No es mejor integrarles y educarles para que adquieran un “saber estar” en entornos adultos? Ellos pueden madurar más rápido gracias a esto y los adultos, aunque no lo crean aprenderán mucho de esta relación. 


Me resulta muy triste ver cómo niños de todas las edades admiran más a ciertos personajes como papá Noel o los Reyes Magos que a sus propios familiares.  ¿Y todo porque? Por simples recompensas materiales. Son pocos los niños que conocen, siguen y respetan los valores y la historia, en nuestro caso de los Reyes Magos. A todos aquellas excepciones, todos mis respetos.


Estoy a favor de la ilusión en la niñez, pero siempre y cuando tenga un trasfondo del que se pueda aprender algo. Que aporten algo más y de lo cual saquemos una moraleja.


Esto, lo único que hace es enseñarles que:

  •  “No hay que molestar a los mayores. Yo juego con mis primos y no me meto en conversaciones de adultos”.

  •  “Me tengo que portar bien, de lo contrario no recibiré regalos el día de reyes”

  • Al decirles que pidan un deseo, probablemente hagan referencia a cuestiones materiales, estando poco sensibilizados con otros aspectos de la vida.


Pero para conseguir esto, no solo vale con no restringir escenarios, sino que será necesario tomar una actitud abierta y de aceptación, de lo contrario serán los propios niños y jóvenes los que huyan de escenarios de adultos.


Lejos de querer ser radical con este asunto, admito que yo he sido una de esas niñas a las que no se les permitía estar en entornos adultos y hoy estoy aquí haciendo esta reflexión.


En los últimos años he observado cómo una familia hace algo muy simple pero muy valioso para la promoción de las relaciones intergeneracionales. En reuniones familiares, frecuentemente comidas o cenas, no se estipula nunca una zona o sitio determinado para ninguno de ellos, si no que cada uno, y de manera libre y espontánea elige dónde sentarse. Esto crea un entorno heterogéneo muy rico, de manera que una joven de 16 años podría tener a sus lados a una señora de 80 años, un señor de 50 y en frente otro joven de 29. Estas personas conversan y comparten diversas temáticas, y lejos de crear un hábito y micro relaciones en la familia, en la siguiente ocasión se repite esta oferta libre de asientos. 


Siempre presente el interés por compartir el escenario, sean cuales sean sus compañeros más inmediatos en la mesa.

¿Qué han aprendido ellos? 
  • Que no únicamente son sus iguales en edad el único contacto social en la familia. Cualquiera de los miembros será importante y con todos mantendrán relación y comunicación.
  • A disfrutar de los momentos en familia. Consiguiendo calidad se promoverá la cantidad.

  • A crear vínculos con todos los miembros de la familia.

  • A aprender a respetar y a ponerse en el lugar del otro, ya que algunas opiniones y puntos de vista por motivo de edad pueden ser muy dispares.
  • A entender la unidad familiar, porque la experimentan.


Se suele decir que la familia es lo más importante y estoy de acuerdo, pero me gustaría ver más práctica en esa afirmación.

Cuanto mayor desfase en edad, mayor dificultad para compartir un escenario si no se han promovido las relaciones intergeneracionales. La diferencia en edad provoca a su vez diferentes costumbres, puntos de vista y gustos, y esto pone en el peor lugar a las personas mayores. 


"Dale un beso al Abuel@" "juguemos al cinquillo" "acompáñale a comprar el pan" "pídele que te cuente una historia" "enséñale qué bien bailas" "hazle un dibujo y dedícaselo" "enséñale a buscar en google" "cuántale qué puedes hacer con tu movil" "hazte una foto con ellos"...


La unión intergeneracional se labra desde la educación.

Comentarios

  1. Muy bueno!! Normalmente me gustan los post pero este me ha encantado!!

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