Depresión y Mayores Residentes
Depresión y mayores
residentes
No sabría calcular el número de personas que se
encuentran viviendo en centros de mayores. Obviamente el porcentaje será
significativamente menor al que se encuentra viviendo en sus casas. Yo, a
excepción de las personas mayores que me rodean, y al trabajar en una
residencia de mayores, me veo rodeada día a día de personas inmersas en la
depresión. Su día a día es mecánico, banal, sinsentido, cada día es un día más,
exacto al anterior y sin esperanza de que el siguiente vaya a ser diferente.
Es duro ver cómo estas personas se abandonan. Se
sienten desamparadas, sin esperanzas, resignadas a terminar sus días, esperando
que el final llegue cuanto antes.
Hace tiempo que me pregunto: En esa situación, y a
pesar de haber tenido una vida feliz, si haces balance ¿podrías considerar que
ha merecido la pena vivir?
Muchas veces lo pasado se vive como un sueño. Parece
que las marcas de esa felicidad solo quedan en la memoria y nada en nuestro día
a día.
He de decir que, no todas las personas que viven en
residencias presentan sintomatología depresiva. Y además, los casos que se
detectan son muy variables, siendo las características descritas anteriormente
las extremas y menores.
Las causas de esta enfermedad son muy variables y
difusas. Cambio de rutinas, discapacidad, deterioro cognitivo, efectos
secundarios de fármacos, abandono por parte de familiares, fallecimientos…
Considero que es una enfermedad lo suficientemente
grave como para ser detectada e intervenida. Entiendo que una persona que vive
en su casa y la cual no acude en busca de ayuda psicológica por cualquier razón,
no reciba asesoramiento. Por lo contrario, aquellas personas que se encuentran
en centros e instituciones, en las cuales está garantizada la supervisión
médica, asistencial y física deberían a su vez recibir asistencia psicológica,
ya que pienso que con un antidepresivo muy probablemente se encuentren más
tranquilas, pero sus preocupaciones seguirán ahí, atormentándoles y minando sus
esperanzas. El sentimiento de soledad y abandono, con una simple conversación
de unos minutos en la cual se facilita la ventilación emocional por medio de la
escucha activa y la empatía, provocará que esa persona, aunque solo sea por
unos momentos se sienta aliviada, comprendida, escuchada y acompañada.
No soy
partidaria y lucho contra la dependencia que se pueda crear en un paciente con
depresión hacia su terapeuta en consulta, no obstante, al estar hablando de un
centro en el cual los mayores van a pasar muy probablemente el resto de sus
vidas, considero que es conveniente que ellos sepan que se puede contar con este
profesional siempre que lo necesiten. Se trata de que los mayores encuentren en
el psicólogo un espacio en el cual desahogarse, sentirse comprendidos y
escuchados y donde puedan reflexionar sobre su vida y su situación para ir
hacia la mejora personal.
Poco o nada se puede hacer por que recuperen su vida
pasada, su autonomía, sus seres queridos que fallecieron, sus capacidades, su
vida anterior, pero sí se puede trabajar el que aprendan a sacar el lado bueno
de las cosas y se adapten a una nueva vida para poder vivirla lo más felices
posible.
Foto de http://es.123rf.com/photo_5642273_retrato-monocromo-tono-de-una-mujer-mayor-feliz-aisladas-sobre-fondo-negro.html
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