Emociones del cuidador: Rabia


La rabia es una emoción que atormenta, te come por dentro, te impide pensar, paraliza y hace que se esfume la objetividad. Cuando llevamos puestas las gafas de la rabia miramos el mundo encerrados en nosotros mismos incapaces de aplicar empatía y cegados por el egocentrismo.

Poco o nada puede hacerse bajo estos efectos de la rabia y mucho menos si se trata una labor pensada en los demás como es el cuidado. Los cuidadores pueden atravesar varias fases en el afrontamiento de la enfermedad y estas fases se parecen en ocasiones a las que aparecen en una fase de duelo. La rabia está presente en muchas de ellas y debe considerarse como una emoción normal. 


Es cuando se comienza a tomar conciencia de la situación  cuando te paras en seco a sabiendas que algo va a cambiar y comienzas a observar un atisbo de afrontamiento.
Y es que afrontar significa tomar conciencia. Tomar conciencia significa entender. La rabia aparecerá de manera fortuita, invasiva y acaparadora. Una emoción que se confronta con la razón y que por mucho que se busque jamás obtiene respuesta o justificación.

Cuidadores, no luchéis contra ella porque no atiende a razones. Escuchadla, cuestionadla y no dejéis que os paralice por mucho tiempo. 




Comentarios

  1. Me ha gustado mucho esta entrada, y qué hacer con esa rabia?? se pasa con el tiempo?? a veces intentas razonar y aunque lo consigues en determinados momentos te sigue invadiendo... y no es nada agradable ver que no puedes controlar esa emoción.

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  2. Laia, gracias por tu comentario...
    La rabia es visceral, por eso no atiende a razones, pero nosotros debemos ser mucho más inteligentes e intentar aprovechar nuestros momentos de fortaleza (y los suyos de flaqueza) para atacarla con el raciocinio y así, por un momento, experimentar que no solo ella tiene el poder.

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  3. me ha parecido muy útil, gracias aporta argumentos para uno mismo y para los demas.

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  4. Me alegra saber que ha sido de utilidad. Esta semana una nueva emoción Araceli. Buen día.

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  5. Cuando la rabia parece provenir de sentimientos de abandono, impotencia y soledad, por la irresponsabilidad y abandono de familiares, se convierte en un demonio sumamente difícil de vencer solo. En mi caso, esa rabia me impidió disfrutar más de la compañía de mi madre, algo que ahora me duele desde el fondo de mi alma. Desde mi nueva perspectiva, pienso que debí de dejar de esperar colaboración de los otros y asumir que estaba sola con ella y que así sería hasta el final, para tener paz interna y poder darle a mi madre, mucho, mucho más de lo que le dí

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